Templanza
Acompañar 19 años a alguien muy querido en su dura condición neurodegenerativa me mostró lo esencial: una sabiduría que trasciende y que supe reconocer desde el principio. De su mano todo fue más fácil, hay que decirlo.
En cada adversidad que vivió, siempre destaqué tres fortalezas que lo sostuvieron a él y a su entorno: su humor, su amor por la vida y, sobre todo, su profunda templanza.
En cada conversación y mirada serena, me enseñó que la salud no es solo física, sino la paz con la que se vive cada día.
Fui testigo de la fuerza que llevaba dentro porque la salud no es la ausencia de enfermedad, sino la capacidad de seguir sin rendirse…
Silvia, Madrid, España
Tiny Health Stories - a project of the Global Positive Health Institute